Terapia de Pareja

Las relaciones de pareja son una de las principales fuentes de bienestar y, a la vez, uno de los mayores focos de dificultad cuando surgen conflictos. El ritmo de vida actual, las exigencias profesionales, el estrés y las transiciones vitales pueden afectar la comunicación, la intimidad y la complicidad.

La terapia de pareja ofrece un espacio confidencial y respetuoso donde trabajar de forma conjunta para comprender el origen de las dificultades, mejorar la relación y recuperar la conexión emocional.

Dificultades que podemos abordar juntos

Problemas de comunicación

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La falta de entendimiento, las discusiones frecuentes o la ausencia de escucha pueden generar distancia emocional. En terapia se aprenden nuevas formas de comunicarse de manera clara, respetuosa y constructiva.

Conflictos recurrentes

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Diferencias en la convivencia, expectativas no cumplidas, celos o problemas en la toma de decisiones pueden desgastar el vínculo. El trabajo terapéutico ayuda a comprender estas dinámicas y a construir una relación más equilibrada.

Desequilibrio en el deseo sexual

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Cuando uno de los miembros de la pareja presenta menor deseo, es habitual que surjan frustración y distanciamiento. La terapia permite abordar estas diferencias y buscar soluciones conjuntas para recuperar la armonía íntima.

Crisis vitales compartidas

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Cambios como la maternidad/paternidad, mudanzas, nuevos proyectos profesionales o la jubilación pueden generar tensiones. La terapia ofrece recursos para afrontar juntos estas transiciones.

Infidelidad y reconstrucción de la confianza

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Una infidelidad supone un impacto emocional profundo. En consulta se trabaja en el manejo de las emociones, la reconstrucción de la confianza y la toma de decisiones conscientes sobre el futuro de la relación.

Problemas de intimidad y conexión emocional

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La rutina, el desgaste o la sobrecarga de responsabilidades pueden enfriar la relación. La terapia permite redescubrir la complicidad, recuperar la pasión y fortalecer la cercanía.

Separación o decisión de continuar

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En algunos casos, la terapia ayuda a reflexionar sobre si continuar juntos o tomar caminos separados, acompañando este proceso de forma respetuosa y madura.

Terapia Sexual

La sexualidad es un pilar fundamental de la salud y la calidad de vida. Cuando aparecen dificultades, afectan no solo a la intimidad, sino también a la autoestima y a la relación de pareja. Muchas de estas disfunciones son frecuentes y tratables con un abordaje especializado.

La terapia sexual ofrece un espacio profesional, confidencial y libre de juicios, en el que trabajar tanto de manera individual como en pareja para comprender las causas, reducir la ansiedad y recuperar una vida sexual satisfactoria.

Las disfunciones sexuales comunes son

  • Falta o disminución del deseo sexual: Puede deberse al estrés, la rutina, problemas de pareja o factores médicos. En terapia se exploran las causas y se diseñan estrategias para reactivar el deseo.
  • Anorgasmia o dificultad para alcanzar el orgasmo: Genera frustración y sensación de bloqueo. El abordaje terapéutico ayuda a desbloquear los factores emocionales y relacionales implicados.
  • Trastornos sexuales secundarios a enfermedades médicas: Patologías como la diabetes, alteraciones hormonales, enfermedades neurológicas o el cáncer pueden afectar la respuesta sexual. La terapia ayuda a mantener la intimidad y la calidad de vida incluso en contextos médicos complejos.

Las disfunciones sexuales masculinas son

  • Disfunción eréctil:
    La dificultad para lograr o mantener una erección puede estar vinculada a factores emocionales, físicos o ambos. La terapia ofrece herramientas para recuperar la confianza y la seguridad en la intimidad.
  • Eyaculación precoz:
    Cuando la eyaculación ocurre antes de lo deseado, puede generar ansiedad y frustración. Con técnicas específicas y trabajo psicológico es posible lograr un mayor control.
  • Eyaculación retardada o aneyaculación:
    La dificultad o imposibilidad para eyacular puede deberse a causas emocionales, relacionales o médicas. La terapia aborda el problema de manera integral para recuperar la respuesta sexual.
  • Trastorno del deseo sexual hipoactivo masculino:
    Una disminución significativa del interés sexual que afecta a la vida íntima. En consulta se trabaja para comprender las causas y reactivar la motivación sexual.

Las disfunciones sexuales femeninas son

  • Dispareunia: El dolor durante las relaciones sexuales interfiere en la intimidad y genera rechazo o miedo. La terapia ayuda a identificar su origen y a recuperar la confianza en la sexualidad.
  • Vaginismo: Contracción involuntaria de los músculos vaginales que dificulta o impide la penetración. Con un abordaje especializado y progresivo, es posible superarlo.
  • Trastorno del deseo sexual hipoactivo femenino: La disminución del deseo puede deberse a múltiples factores: estrés, alteraciones hormonales, problemas de pareja o experiencias previas. En terapia se exploran las causas y se buscan soluciones personalizadas.
  • Trastorno de la excitación sexual femenina: La dificultad para experimentar lubricación o excitación suficiente puede generar frustración. La terapia sexual ayuda a recuperar la respuesta física y el disfrute.
  • Anorgasmia femenina: La imposibilidad de alcanzar el orgasmo, total o parcial, puede estar relacionada con bloqueos emocionales, falta de autoconocimiento o factores de pareja. El trabajo terapéutico ofrece un espacio seguro para desbloquear estas dificultades.

En definitiva

Tanto la terapia de pareja como la terapia sexual son oportunidades de transformación y crecimiento. No se trata únicamente de resolver problemas, sino también de fortalecer los vínculos, redescubrir la complicidad y recuperar una vida afectiva y sexual plena, saludable y satisfactoria.

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